1. Déjate un mensaje de voz. Cuando lo escuches, date cuenta de las
palabras que repites cuando no estás concentrado. Cuando teníamos un entrenador
de uno a uno, le dábamos siempre a los ejecutivos una grabadora para que
pudieran escucharse. También puedes usar tu smartphone.
2. Trata de exagerar una pausa. El poder de pausar tiene un impacto
increíble. Rétate a seguir adelante sólo cuando la siguiente cosa que salga de
tu boca no sea una muletilla sino la siguiente idea. Puedes sentirte como que
estás esperando una eternidad, pero no parecerá tan largo para tus oyentes.
Después de un tiempo esas pausas se acortarán.
3. Si proyectas tu voz, es difícil decir “umm”. Esa energía, pitch y la proyección,
eliminan la tendencia a agregar un “umm” o un “este” y lo hace más atractivo
para otras personas que están escuchando.
4. No te deprimas. Si te enfocas en lo negativo, puedes
crear una profecía auto cumplida del exceso de la muletilla. En lugar de eso,
enfócate en lo positivo. Uno de nuestros entrenadores les pedía a las personas
que dijeran en fuerte la frase “Soy un individuo de pausas perfectas”. No
solamente vas más lento y enuncias la frase, sino que también cambias tu
enfoque hacia lo que haces bien.
Eliminar las muletillas no te tomará tiempo extra, sólo un
esfuerzo extra. Lo bueno de hacer esto, es que aumentará tu
credibilidad, presentarás mucho mejor y tu mensaje será claro y sin
distracciones.
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